Contexto. Los pacientes en hemodiálisis son una población susceptible para la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19), siendo el diagnóstico temprano una necesidad urgente por considerarse una población de riesgo por presentar cuadros severos y graves.
Objetivo. Estimar si la anosmia de inicio súbito permite una detección temprana de la infección por COVID-19, en pacientes de hemodiálisis sin síntomas clásicos (que no presentaron malestar general, síntomas respiratorios o gastrointestinales al inicio de la enfermedad).
Metodología. Se realizó un estudio de prueba diagnóstica durante los meses de septiembre y octubre del 2020 en tres unidades de hemodiálisis en Colombia. Fueron incluidos pacientes adultos, sin síntomas clásicos para COVID-19. Se excluyó a los pacientes con infección previa por COVID-19 o con antecedentes de alteración del olfato. Se recolectaron datos demográficos, clínicos y de laboratorio, previa firma de consentimiento informado avalado por el comité de ética (CEI-487). La anosmia se exploró con una prueba subjetiva para detección de olores antes del inicio de la hemodiálisis.
Resultados. Se incluyeron 587 pacientes. La prevalencia de anosmia fue de 0,85?% (cinco pacientes) y una incidencia de COVID-19 de 1,19?% (siete pacientes). No hubo diferencia estadística al comparar las variables demográficas, clínicas y de laboratorio entre pacientes con y sin anosmia. La presencia de anosmia tuvo una sensibilidad y un valor predictivo positivo del 0?%, pero una especificidad del 99,14?% y un valor predictivo negativo del 98,8?%. La exactitud fue del 97,9?%.
Conclusiones. La prevalencia de anosmia en nuestra población de hemodiálisis fue baja. Se debería indagar en el triaje cualquier síntoma (incluida la alteración del sentido del olfato) como estrategia para detectar de forma temprana casos individuales de COVID-19 o un brote en las unidades de hemodiálisis.
Métodos: se realizó un estudio de prueba diagnóstica en tres unidades de hemodiálisis en Colombia. Fueron incluidos pacientes adultos, sin síntomas clásicos para COVID-19. Se excluyeron pacientes con infección previa por COVID-19 o con antecedentes de alteración del olfato. Se recolectaron datos demográficos, clínicos y de laboratorio. La anosmia se exploró con una prueba objetiva para detección de olores antes del inicio de la hemodiálisis.
Resultados: se incluyeron 587 pacientes. La prevalencia de anosmia fue de 0.85% (5 pacientes) y una incidencia de COVID-19 de 1.19% (7 pacientes). No hubo diferencia estadística al comparar las variables demográficas, clínicas y de laboratorio entre pacientes con y sin anosmia. La presencia de anosmia tuvo una sensibilidad y un valor predictivo positivo del 0%, pero una especificidad del 99.14% y un valor predictivo negativo del 98.8%. La exactitud fue del 97.9%.
Conclusiones: la prevalencia de anosmia en la población de hemodiálisis es baja. Se debe indagar en el TRIAGE cualquier síntoma como estrategia para detectar de forma temprana casos individuales de COVID-19 o un brote en las Unidades Renales.
Palabras claves: enfermedad renal crónica, hemodiálisis, anosmia, COVID-19, prevalencia, pandemia.