“…Los que abogan por el uso de criterios bibliométricos alegan que estas métricas son neutrales con respecto al género. Otros, más críticos, sostienen que la bibliometría, cuando se usa a para evaluar individuos y no instituciones, puede contribuir a perpetuar desigualdades previas, y que, en cualquier caso, los indicadores bibliométricos son proxies del mérito, a veces descontextualizados (Nielsen, 2018). Un ejemplo muy citado es del índice h, que está sesgado hacia los investigadores que publican en sub-campos con altas tasas de citación, que se correlaciona con el número de publicaciones y por lo tanto con la edad académica, y además privilegia la publicación con múltiples coautores, algo que coloca en desventaja a las mujeres (Abramo et al, 2013).…”