IntroducciónPara la formación de un depósito hidrotermal, es necesario por un lado una fuente de calor y por otro una circulación eficiente de fluidos, capaces de movilizar componentes de las rocas por las que atraviesa hacia otros lugares. Si estas aguas son capaces de alcanzar la superficie y contienen la carga quími-ca suficiente, las nuevas condiciones termodinámi-cas hacen que se puedan generar depósitos y alteraciones características, identificables tanto texturalmente como en composición y contenido mineral.
RESUMENLa presencia de alteraciones de origen hidrotermal entre las lavas de la erupción de Timanfaya (1730-36), con altas proporciones del cuarzo y ópalo, indica la circulación efectiva de fluidos calientes. El origen de estos fluidos estaría en zonas profundas por debajo de la isla, donde se produciría la disolución de la sílice a partir de areniscas y radiolaritas, movilizándose de esta manera este componente hacia la superficie en forma de coloides de Si(OH) 4 . El estudio en profundidad del ópalo indica la presencia de fases tipo A-inicio de CT y C. Si se tiene en cuenta el tiempo en el que se producen estas transformaciones en la evolución diagenética de esta fase amorfa (10.000-50.000 años), indicaría la presencia de un proceso acelerador que podría estar relacionado con una importante circulación de fluidos o con procesos de alteración meteórica capaces, de producir estas transformaciones en unas lavas de menos de 300 años.Palabras clave: alteración hidrotermal, ópalo-A, ópalo-C, sistema hidrológico, erupción Timanfaya, Lanzarote.
ABSTRACTThe presence of hydrothermal alterations within the lavas of Timanfaya eruption (1730-1736), with high proportions of quartz and opal, suggests the effective circulation of hot fluids. The source of these fluids would be located under the island, where silica would be dissolved from sandstones and radiolarites, moving this way towards the surface as Si(OH) 4 colloids. Study of opal indicates the presence of Ainitial CT and C phases in the collected samples which, considering the time needed for producing this phase transformations in the diagenetic evolution of opal (10,000-50,000 years), suggests an accelerating process, probably related with either the presence of fluid circulation or weathering processes. Such circumstances are necessary for explaining the presence of such components affecting 300 years old lavas.