El presente artículo parte de la idea que la materialidad de lo transmitido es mayor que lo únicamente impreso y que los actores sociales transmiten y resignifican distintas nociones del poder. En este sentido, lo político no puede concebirse exclusivamente por lo institucional sino como algo de construcción colectiva. De esta manera, se analizará la circulación y materialidad de los conceptos escándalo y alboroto que en la Baja Edad Media aludían a personas que violaban el orden público.