La primera ocasión en que se describió el uso de la endoscopia intraoperatoria fue en 1973 por Espiner et al., quienes utilizaron la colonoscopia intraoperatoria con la finalidad de localizar todos los pólipos del colon y recto durante una polipectomía abierta mediante colotomía, pero no fue sino hasta 1994 cuando se describió un control endoscópico transoperatorio en una anastomosis del tracto digestivo, cuando Wittgrove et al. describieron un grupo en quienes se realizó cirugía de bypass gástrico con reconstrucción en Y de Roux. En un principio los cirujanos temían por la integridad de la línea de grapeo al ser sometida a presión al realizar el estudio endoscópico en una anastomosis recién elaborada, sin embargo en la actualidad contamos con evidencia suficiente para demostrar que no es un proceso riesgoso de realizar. En las últimas dos décadas han aparecido múltiples estudios en los que se emplea el control endoscópico transoperatorio en cirugías que involucran anastomosis digestivas, la mayoría de ellos con anastomosis mecánicas y en casi todos los casos con resultados alentadores.