Objective. To describe and explore the meanings of sexual practices among female sex workers (FSW) in Mexico City. Material and Methods. A qualitative and quantitative study was carried out. The qualitative approach was conducted in 1992 and the latter from 1991 to 1992. The study population was a representative sample of FSW (n=335) who completed a questionnaire; 52 of them also participated in six focal groups. Simple frequencies, central trend, and dispersion measures were calculated. Qualitative data were interpreted using Grounded Theory and a feminist perspective. Results. Female sex workers accepted vaginal penetration with clients and oral penetration to a lesser extent, while anal penetration and kissing were rejected. All sexual modalities were accepted with personal partners. In their practice, FSW use psychophysical dissociation as a psychological defense mechanism and to construct their identities. Services requested by their latest clients were: 98.4% vaginal, 39.1% oral, and 7.7% anal sex. Condom use was reported by 94%. With their personal partner, 72.6% of FSW never used condoms. The week before the study, FSW worked 3.7±1.5 days on average and had sexual intercourse with 8.6±8.1 clients. Conclusions. Interventions are needed to promote safe sex among FSW in their private and professional lives.
ResumenObjetivo. Describir las prácticas sexuales de las trabajadoras sexuales de la Ciudad de México y explorar qué significan para ellas. Material y métodos. Se trata de un estudio de abordaje cualitativo y cuantitativo llevado a cabo, el primero, en 1992 y, el segundo, de 1991 a 1992. Una muestra representativa de trabajadoras sexuales (n=335) de un marco muestral respondió a un cuestionario y 52 de ellas participaron en seis grupos focales. Se calcularon frecuencias simples, medidas de tendencia central y de dispersión. Los datos cualitativos se interpretaron a la luz de la teoría fundamentada y la perspectiva feminista. Resultados. Con clientes las trabajadoras sexuales aceptan la penetración vaginal y (menos) la oral, mientras rechazan la penetración anal y los besos. Con parejas personales todas las prácticas sexuales son aceptadas. En su vida profesional las trabajadoras sexuales usan la disociación psico-corporal como una estrategia de defensa psicológica y para construir su identidad. Los servicios solicitados por el último cliente fueron: 98.4% vaginal, 39.1% oral, 7.7% anal y se reportó uso del condón con 94%. Con la pareja personal, 72.6% de las trabajadoras sexuales reportaron nunca usar el condón. La semana anterior al estudio las trabajadoras sexuales laboraron, en promedio, 3.7±1.5 días y tuvieron relaciones