“…La dinámica poblacional observada en estos roedores, muestra marcadas fluctuaciones en relación al número de individuos durante el año, ya que pueden llegar a ser muy abundantes durante la época de invierno, pero desaparecer completamente en el verano, (González y Murúa 1985, Murúa et al 1986, Meserve et al 1991, Meserve et al 1999), Sustainability, Agri, Food and Environmental Research 3(3), 2015: 33-46 ISSN: 0719-3726 35 La desaparición de Oligoryzomys longicaudatus en el verano se contrapone al aumento de casos de Hanta virus en humanos (Murúa et al 2003), como trabajadores agrícolas y/o habitantes rurales que son los más afectados (Chile 2002, Mansilla,2006. Sobre esta base se puede sospechar que éstos roedores se desplazan hacia otros hábitats como los agro ecosistemas que se encuentren cercanos a los fragmentos de bosque nativo, lo que favorecería el contacto roedor-humano (Murúa y González 1986) con el aumento de casos de Hanta virus ( HPS).…”