En este ensayo, el lingüista belga Jan Blommaert postula que el sustento empírico de la sociolingüística y su foco en la descripción de los patrones de interacción de las comunidades pueden aportar al enriquecimiento y el ajuste de la teoría social en general. En particular, Blommaert revisa los principios clásicos –así como las visiones no convencionales– de la teoría de los grupos sociales y la teoría de la integración social, para proponer innovaciones a partir de los hallazgos de investigaciones sociolingüísticas centradas en la articulación entre las interacciones online y offline, y los efectos identitarios que desencadenan. En relación con los grupos sociales, sostiene la existencia de grupos livianos en simultaneidad con los grupos sólidos (clases, etnias) de las teorías clásicas, y lo ilustra a partir de diversas investigaciones que dan cuenta de prácticas multimodales livianas (como la escritura en redes) que producen formas de cohesión social. Por otra parte, plantea que la teoría de la integración social clásica, basada en la idea de la completa incorporación del inmigrante a una única sociedad receptora, debe ser renovada a la luz de los nuevos modos de integración en contextos de diáspora que las TIC promueven. Para fundamentar esta hipótesis, revisa investigaciones que analizan grados de integración de las personas en muy diversas comunidades con cuyos miembros interactúan desplegando repertorios comunicativos superdiversos. Ambos desarrollos permiten al autor afirmar el aporte de las herramientas y los conceptos de la sociolingüística anclada en el análisis empírico de interacciones y prácticas de literacidad multimodales para describir los procesos, formaciones y estructuras que constituyen el objeto de las ciencias sociales.