La exclusión social se define como un fenómeno cuyos efectos determinan que un individuo o grupo se sitúen en diferentes posiciones sociales. De manera análoga, el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en esta tercera década del siglo XXI, con la emergencia de la Cuarta Revolución Industrial, provoca que con el avance de la digitalización se establezcan diferencias estructurales entre quienes tienen acceso y conocimientos en el uso de dispositivos y aplicaciones. En este trabajo se realiza una revisión crítica al concepto de brecha digital, en muchos aspectos más limitado y estático que el término exclusión digital. Este último, análogo al fenómeno de exclusión social, y concepto más versátil y adaptado a los procesos de fragmentación social provocados por la digitalización. Mediante el uso de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística se realiza un análisis estadístico con el objetivo de validar que, al igual que la exclusión social, la exclusión digital es un fenómeno estructural, dinámico, multifactorial y heterogéneo, además de subjetivo. Simultáneamente, se trata de un fenómeno que alcanzaría a todo grupo poblacional, incluso a los denominados nativos digitales.