“…En los últimos años, numerosas investigaciones han adoptado un enfoque más amplio, destacando la relevancia de estudiar la coordinación y sincronización de vocalizaciones y gestos en tanto sistema integrado que precede y apuntala la emergencia del primer lenguaje (Alibali, et al, 2000;de Ruiter, 2000;Iverson, 2010;Kendon, 1993;McNeill, 1992;Murillo y Belinchón, 2013;Murillo, et al, 2018). Siguiendo a Rodríguez (2012) "… el gesto se combina con una palabra dentro de un compuesto intermodal que debe concebirse como una unidad de significación y que anticipa las combinaciones frásticas, o cuasi-tales, del período subsiguiente" (p. 47). Es decir, los niños y las niñas aprenden el lenguaje en una matriz de interacción social que supone mucho más que la yuxtaposición de dichos componentes aislados (Vigliocco, et al, 2014).…”