A finales del año 2019 se desarrolla la pandemia de COVID-19, una enfermedad infecciosa causada por un virus previamente no identificado, que produjo consecuencias catastróficas a nivel mundial. Los reportes epidemiológicos mostraron que después de adquirir la infección, la mayoría de las personas experimentan enfermedad leve sin complicaciones, sin embargo, algunos de los pacientes, requirieron hospitalización. Durante los años 2020 a 2022, fueron evaluados en nuestra institución cerca de 1800 pacientes. Dentro del arsenal terapéutico, fueron utilizados equipos de ventilación mecánica invasiva y no invasiva y medicamentos que incluyeron: antivirales, oxígeno, sedantes, antibióticos, anticoagulantes, protectores gástricos, analgésicos, hipolipemiantes, antiarrítmicos, diuréticos, hipotensores, antipsicóticos, analgésicos, hemoderivados, colchicina, esteroides, fibrinolÍticos y anticuerpos contra interleukina 6: tocilizumab, suplementos vitamínicos entre otros. De igual manera fueron utilizados, catéteres venosos y arteriales, tubos endotraqueales, sondas nasogástricas y de aspiración, tubos de drenaje, sondas vesicales y colocación en posición prona en aquellos pacientes con hipoxemia severa. La terapéutica no estuvo exenta de complicaciones. Nuestro objetivo es hacer del conocimiento a la comunidad médica de algunos pormenores de estos eventos ocurridos tanto en la sala de hospitalización como en la unidad de cuidados intensivos COVID, no atribuidos a efectos directos perjudiciales del virus, sino, a las consecuencias de los tratamientos aplicados.