“…No obstante, al hacer un rastreo teórico al respecto del suicidio en la población infantil propiamente dicha, se advierte que son escasos los datos acerca de su incidencia en el contexto mundial. Así, estudios como los de Sellers, McRoy & O'Brien (2019), Fernández-Montalvo, López-Goñi, Arteaga & Haro (2019), Victoria Álvarez, Ayala Moreno y Bascuñán Cisternas (2019), García, Garbarino, Maggi y Rodríguez (2016), Karaman & Durukan (2013), Zelaya de Migliorisi, Piris de Almirón y Migliorisi (2012), y Cañón (2011), abordan la problemática haciendo énfasis, no en el periodo propiamente infantil, sino en la época de la pubertad y adolescencia, en la cual se evidencia mayor prevalencia En consideración con lo planteado, es clara la pertinencia de este objeto de estudio, ya que como lo platean Zelaya de Migliorisi et al (2012), cuando se revisa literatura que trata sobre intentos de suicidio y suicidio consumado, alrededor de diferentes países, lo tocante a la población menor de quince años es poco ilustrado; en el mismo sentido, Karaman & Durukan (2013) afirman que, el suicidio antes de los quince años no es común (p. 32). Muchos de los suicidios de niños y adolescentes ocurren pasada esa edad.…”