“…De momento, el cómo evaluar ese impacto es un objeto de estudio en sí mismo (Malmodin et al, 2014;Kalaitzoglou, Bruntink, & Visser, 2014). Algunos trabajos apuestan por una visión más general del impacto del mundo digital (Chowdhury, 2013;Hankel, 2014); otros estudian aspectos y/o dispositivos de forma específica, sean las comunicaciones móviles en su conjunto (Fehske, Fettweis, Malmodin & Biczók, 2011), las redes inalámbricas (Auer et al, 2012;Zeller et al, 2013), los centros de datos (Cappiello, Melià, Pernici, Plebani & Vitali, 2014) y sus "servidores comatosos o zombies" 11 (Koomey & Taylor, 2017), o el paso del uso de ordenadores de sobremesa a tabletas (Hischier & Wäger, 2014). También son varios los autores que estudian si el paso del mundo offline al online es siempre positivo en tér-minos de sostenibilidad como se suele creer, obteniendo datos que cuestionan esta creencia generalizada (Arushanyan et al, 2014;De Decker, 2015).…”