“…Se trataba de un proceso multiescalar, en el que la protección de la naturaleza debía avanzar a través de la creación de nuevos tipos de productos, como el PSA, pero también mediante la promoción del ecoturismo en las zonas rurales, como forma de remediar los efectos de la ganadería extensiva y la expansión de los monocultivos (Nygren, 1998). De esta manera, se argumentaba, la naturaleza dejaría de ser vista como algo ocioso e improductivo, y se convertiría en un recurso valorado que podría mejorar el bienestar de las comunidades rurales, al mismo tiempo que atraería la inversión extranjera (Herrera-Rodríguez, 2013).…”