Gracias y mención especial a todo el personal administrativo y managers. Gracias Anabel, por ser la primera cara con la que me crucé por aquí cuando aún no sabía lo que se venía encima; gracias por quedarte hasta casi medianoche rellenando la PFIS, sin ti hoy no habría podido hacer la tesis. Gracias a Eeva por estar siempre ahí y lanzar una sonrisa a tiempo (que sirve más de lo que crees), gracias a Edu (Bieger) y a Sonia por su apoyo logístico y no tan logístico. Gracias a Víctor Bautista y a Ali Ayaon, por su apoyo al realizar los modelos quirúrgicos de esta tesis, sin los cuales se habría quedado a medio gas. Gracias al Dr. James McCully y a todos mis compañeros del laboratorio del Boston Children's Hospital: Arzoo, Alvise, Giovanna, Kamila, Caytlin, David y Dimitri. Gracias por enseñarme sobre el trasplante mitocondrial, así como formas diferentes de trabajar y por acompañarme durante mi estancia en una de las mejores experiencias de mi vida. Gracias a todos los que habéis pasado por aquí que, aunque lo creáis o no, habéis hecho mella y me habéis aportado algún granito de arena que otro: David, Juan, Dani, Chusa, Ramón y el inestimable número de cardiólogos del programa Res@CNIC, alumnos de prácticas, etc.Gracias a Manu y a José, por ayudar a abstraerme del estrés que supone una empresa de este calibre. Gracias por vuestra amistad. Si no he muerto en el intento es gracias a vosotros.Gracias a mi familia, a vosotros os dedico en especial esta tesis porque sois de los que más habéis sufrido sus consecuencias. A mis padres Estela y José Carlos y a mis hermanas Rebeca y Paloma: gracias por apoyarme en todas mis decisiones y por vuestro apoyo y amor incondicionales.