The purpose of this follow-up study was to examine whether a group of 28 clinic-referred infants with colic, excessive crying, or both at 4 to 12 weeks demonstrated sensory processing, coping, and behavioral/attention regulation difficulties at 3 to 8 years of age. Seventy-five percent of the sample demonstrated atypical behavioral responses to sensory experiences. Hours of fussing during infancy significantly correlated with inattention, emotional reactivity, touch processing, environmental coping, and externalizing behavior at 3 to 8 years, but not hours of crying. The most striking result was that children with more hours of early fussing showed less efficient sensory processing, poorer coping with the environment, and more attention/hyperactivity problems compared to those with less hours of fussing. Results suggest that hours of fussing rather than crying could be an early marker for infants at risk.RESUMEN: El propósito de este estudio de seguimiento fue el de examinar si un grupo de 28 infantes, que habían sido referidos a una clínica a causa del cólico y/o el llanto excesivo a la edad de 4-12 semanas de nacidos, demostraba a la edad de 3 a 8 años dificultades de procesamiento sensorial, de adaptación, y de regulación de la conducta y la atención. Setenta y cinco por ciento del grupo muestra demostró tener respuestas atípicas de conducta hacia las experiencias sensoriales. Todas esas horas de alborotos, quejas y agitación durante la infancia se correlacionaron con la falta de atención, las reacciones emocionales, el procesamiento del acto de tocar, la adaptación al entorno, así como la conducta externa a la edad de 3 a 8 años. Sin embargo, eso no ocurrió con las horas de llanto. El resultado más sorprendente fue que los niños con más horas de alboroto y queja en sus primeras semanas mostraron un procesamiento sensorial menos eficiente, una más pobre adaptación al entorno, y más problemas de atención e hiperactividad cuando se les comparó con aquellos niños que presentaban menos horas de alboroto y quejas a la misma edad. Los resultados sugieren que tales horas, no el llanto, pudieran ser una señal temprana para detectar los infantes bajo riesgo.RÉ SUMÉ : Le but de cette étude de follow-up était d'examiner si un groupe de 28 bébés envoyés consulter