Technology, Use and Reuse of Gold during the Middle Period: The Case of Casa Parroquial, Atacama Desert, Chile

Abstract

The life-histories of gold artefacts can provide rich insight into technology and culture, but so far the potential of this research approach has not been exploited in the south central Andes. Here we present the analysis of 34 gold and silver objects from the Middle Period cemetery of Casa Parroquial (San Pedro de Atacama, northern Chile), using pXRF, SEM-EDS, PIXE and digital microscopy. Chemical analyses detected variable compositions (2.4–73.1 per cent Ag and 0.2–3.4 per cent Cu) suggesting that artisans used both native gold and artificial gold-silver-copper alloys. Based on their manufacturing techniques, quality and designs, we identify two working styles, one technically more ‘careful’ than the other. Given their elemental and technological variety, together with the lack of local production evidence, we propose that these artefacts were imported as finished objects from Tiwanaku or Cochabamba and northwest Argentina. However, we identify a series of objects that were modified or reshaped as they entered a new cultural context, revealing complex life-histories. Modifications used relatively simple mechanical means: punching, cutting and folding, most likely made in multi-craft contexts by non-metallurgists from San Pedro.

Untitled

“…Una concepción análoga, aunque plasmada en metal, es la que ofrece el excepcional entierro de 22 individuos en la Casa Parroquial de San Pedro de Atacama, con una de las mayores ofrendas metálicas conocidas para el Norte Grande de Chile. En la tumba 18, correspondiente a un individuo adulto masculino, se registró un hacha T muy especial (N° 18118) junto con numerosos objetos de adorno personal, artefactos rituales de oro como queros, y un tubo inhalatorio envuelto en cintas metálicas (Plaza & Martinón-Torres 2021). El análisis de la composición elemental del hacha arrojó oro, plata y cobre en su aleación llamada tumbaga (Téllez & Murphy 2007;Salazar et al 2011;Cifuentes 2014), pero aún más notable resulta su condición de objeto cuatripartito, ya que mediante un complejo procedimiento tecnológico se logró en la superficie de ambas caras una división en cuatro segmentos con dos tonos opuestos diagonalmente.…”

Develando la identidad chamánica del Sacrificador tiahuanacota en la iconografía centro-sur andina (400-1000 DC)

“…Poseer sami es tener una fuerza espiritual personal que se recibe o adquiere como don sobrenatural, que permite invocar a las divinidades para La identidad chamánica del Sacrificador tiahuanacota Una concepción análoga, aunque plasmada en metal, es la que ofrece el excepcional entierro de 22 individuos en la Casa Parroquial de San Pedro de Atacama, con una de las mayores ofrendas metálicas conocidas para el Norte Grande de Chile. En la tumba 18, correspondiente a un individuo adulto masculino, se registró un hacha T muy especial (N° 18118) junto con numerosos objetos de adorno personal, artefactos rituales de oro como queros, y un tubo inhalatorio envuelto en cintas metálicas (Plaza & Martinón-Torres 2021). El análisis de la composición elemental del hacha arrojó oro, plata y cobre en su aleación llamada tumbaga (Téllez & Murphy 2007;Salazar et al 2011;Cifuentes 2014), pero aún más notable resulta su condición de objeto cuatripartito, ya que mediante un complejo procedimiento tecnológico se logró en la superficie de ambas caras una división en cuatro segmentos con dos tonos opuestos diagonalmente.…”

A multiplicity of identities: The intersections of cranial vault modification, paleodiet, and sex in San Pedro de Atacama, Chile

“…Variations in burials from the San Pedro de Atacama oases provide strong evidence that individuals manifested different identities, practices, and access to resources. Beyond the material record, which shows differences in material wealth as well as in specific items including foreign and ritual goods included in the grave (e.g., Horta, 2014; Llagostera 2004; Núñez, 1992; Plaza & Martinón‐Torres, 2021; Salazar et al, 2014; Torres‐Rouff, 2008; Torres‐Rouff & Knudson, 2017), the individuals themselves embody differences among the population. This manifests, for example, in the ways that some individuals were subject to violent injury in highly visible and scarring ways (i.e., Torres‐Rouff, 2011; Torres‐Rouff et al, 2018) and equally in what seems to have been multiple social distinctions between males and females in dress, diet, and head shape (i.e., Pestle et al, 2016; Pestle, Hubbe, et al, 2021; Stovel, 2001, 2013; Torres‐Rouff, 2008).…”