El par urbano/rural ha sido la base desde la cual se ha construido el pensamiento espacial de Occidente, usado no solo para oponer distintas formas de ocupación territorial, sino también posiciones contrarias en el proceso modernizador; discursos e imaginarios donde el campo ocupa lo primitivo, tradicional y restrictivo, y la metrópolis lo moderno, versátil y tolerante. Intentando superar esta dicotomía, este artículo ofrece un modelo más acorde a la complejidad de nuestros arreglos espaciales, proponiendo pensar cada espacio como el ensamblaje de piezas de distinto cuño, como urbano o rural, pero concentrándose en definir las características esenciales de un tercer tipo de territorio: las ciudades no metropolitanas. A partir de un trabajo cuantitativo y cualitativo realizado en Chile y en Argentina, se plantean cuatro variables centrales que configurarían el modo de vida de estos territorios, al que hemos llamado ‘citadino’: la escala, el ritmo, la población y las jerarquías.