Casira es un pequeño pueblo de Jujuy declarado “capital alfarera”. Se encuentra al pie de la frontera internacional entre Argentina y Bolivia y está habitado por una comunidad indígena que sostiene y actualiza experiencias tradicionales de producción cerámica prehispánica. Estas tradiciones tecnológicas se encuentran asociadas arqueológicamente a la comunidad étnica Chicha y al estilo alfarero Yavi que, según los restos cerámicos estudiados, habitan el territorio andino desde hace al menos mil años. Más cerca del presente, en los últimos años algunos maestros alfareros de Casira han comenzado a participar en determinados espacios de circulación del arte cerámico argentino, inscribiendo sus prácticas en nuevas tramas de sentido. La presente tesis aborda las prácticas cerámicas casireñas atendiendo a los espacios de circulación, los procesos productivos y la materialidad cerámica casireña. Para ello, proponemos un diálogo interdisciplinario con trabajos arqueológicos, etnográficos y procedimientos de las ciencias de los materiales. Presentamos un recorrido posible que toma la teoría del arte como punto de partida para estos diálogos y ensayamos algunas respuestas visuales a partir de la fotografía como un lenguaje artístico que nos permite aproximarnos a lo que proponemos como experiencia cerámica. Este concepto nos permite articular la historia de la cerámica con las expresiones concretas que desarrolla en cada territorio, atendiendo también a las relaciones que despliega entre culturas, tiempos, personas y otras existencias no-humanas como la materialidad cerámica y las lógicas minerales.