“…Una de las críticas más habituales al modelo del monomito es que está pensado para encajar en héroes masculinos (Phillips, 2017). Sin ser este un estudio sobre género en las historias superheroicas adolescentes, no podemos obviar estudios recientes (Raya, 2019) que han incidido en la necesidad de señalar las variaciones, o mejor dicho, las dificultades añadidas a las que se enfrentan las heroínas en relatos de aventuras, específicamente tras el éxito de series protagonizadas por heroínas adolescentes como Buffy Cazavampiros (Early, 2001;Frankel, 2014;Pender, 2018) o películas como Los juegos del hambre (Menéndez y Fernández, 2015;Ruthven, 2017;Golban y Fidan, 2018). Ya hace tiempo que se ha intentado dar una respuesta unificadora a las posibles diferencias entre héroes masculinos y femeninos, principalmente con el desarrollo del concepto de duomito (Pratt, 1981;Pearson y Pope, 1981, Haunert, 1983 por el que se determina que, incluso cuando las etapas y las dificultades que atraviesan hombres y mujeres en su periplo como héroes no sea exactamente igual, la meta y los objetivos (adquirir conocimiento, sobrevivir a la aventura) sí que serían equivalentes.…”