Kenneth Pomeranz, en su trabajo sobre la divergencia económica producida entre Oriente y Occidente a partir de la Revolución Industrial, utilizaba el concepto de ghost acreages para referirse a las mejores posibilidades de crecimiento económico que tuvo Gran Bretaña por el mero hecho de disponer grandes superficies cultivables e insumos alternativos en sus dominios coloniales. Siguiendo esta línea argumental, nosotros pretendemos averiguar, gracias al manejo de fuentes españolas e inglesas, si los gobiernos de ambos imperios fueron conscientes de las posibilidades alternativas que, según la actual literatura científica, les ofrecían a este nivel los territorios americanos que dominaron. Y lo haremos centrándonos en el caso concreto del cáñamo, el cual, en la época moderna, se había convertido en una materia prima estratégica de primer orden, al punto de haber sido exportado tempranamente su cultivo al Nuevo Mundo con la esperanza de que éste resolviese las ambiciones geoestratégicas y comerciales de España e Inglaterra.