El espacio urbano se configura mediante una compleja elaboración interactiva, colectiva y dinámica. Las personas jóvenes, como el resto, deberían poder participar en su producción desde su singularidad. Sin embargo, la realidad urbana muestra que estos procesos tienden a promover la exclusión de aquellos sujetos que no se ajustan a una concepción finalista y desconflictivizada de dicho espacio. Mediante barreras simbólicas y materiales se encapsulan ciertas zonas urbanas condicionando y, en ocasiones, bloqueando las trayectorias vitales de quienes las habitan. El presente artículo, síntesis de un trabajo más extenso, toma la forma de reflexión teórica y construye sus argumentos de la mano de varios referentes procedentes tanto de la antropología urbana y el urbanismo crítico, como de la educación social y la pedagogía social. Su estructura se desarrolla en relación a tres objetivos. El primero es compartir algunas pautas sobre los procesos de urbanización contemporáneos que derivan en la exclusión y expulsión urbana de muchas personas jóvenes. El segundo es reconocer cómo impactan en estas personas dichos procesos y producciones urbanas. Y, por último, el tercero apuesta por introducir elementos de reflexión que faciliten el desarrollo de estrategias socioeducativas que promuevan la apropiación del espacio urbano desde el reconocimiento del Derecho a la Ciudad de las juventudes.