Se hizo una encuesta del uso de jeringas en un hospital de tercer nivel de atención durante toda una semana. Se clasificaron, de acuerdo con el uso que se les dio, en cuatro categorías: a) aspiración de sangre, b) otros fluidos corporales (orina, secreción gástrica, líquido cefalorraquídeo, drenaje de herida, etcétera), c) uso exclusivo para diluir medicamentos y administrarlos a través de tubos de terapia intravenosa, d) para aplicación de inyecciones intramusculares (IM), subcutáneas (SC) o intradérmicas (ID).Resultados. Se utilizó un total de 7 157 jeringas plásticas desechables, 1 227 (17%) de las cuales contuvieron sangre durante su uso, 346 (4.8%) otros líquidos corporales, 5 257 (73%) se usaron exclusivamente para diluir medicamentos y administrarlos mediante tubos de terapia intravenosa, y 327 (4.5%) se usaron para inyecciones IM, SC o ID. El consumo anual de jeringas estimado fue de 369 140, o sea ocho jeringas por paciente por día de hospitalización. Todas las jeringas fueron desechadas como residuo peligroso bioló-gico infeccioso (RPBI) de acuerdo con la Norma -087 Ecol 1995. Conclusiones. Existe una necesidad urgente de revisar las recomendaciones para el manejo de la basura mé-dica regulada, tanto por agencias internacionales como por los gobiernos locales, que deberán basarse en información científica y en un análisis de costo beneficio para evitar el dispendio de recursos y un mayor daño al medio ambiente. El texto completo en inglés de este artículo también está disponible en: