“…Quizás el ejemplo más palpable, cercano e intuitivo, en este sentido, en el ámbito de la cultura española sea el de la música flamenca, expresión musical que comparte con la música jazz muchas de las características constitutivas y propias de esta; por un lado, ambas son músicas de carácter transcultural, con un marcado carácter de discurso improvisado, y, por otro, ambas han transitado del ostracismo y la marginación que supone haber estado relegadas durante muchas décadas al ámbito más reducido de su producción, hasta convertirse en músicas universalmente aceptadas, apreciadas, consumidas y estudiadas. Con la inserción de la música jazz en el centro del polisistema musical de Occidente no solo se canoniza un género o estilo en el sentido de conjunto de exigencias estéticas, técnicas e interpretativas o paradigmas armónicos, sino que de manera subsidiaria se canoniza, de igual manera, todo el conjunto de obras y temas paradigmáticos de este estilo; así los real books de jazz o blues, que en definitiva representan una suerte cancioneros de la música popular americana (Young y Matheson, 2000), se han consolidado como la compilación de las obras canónicas de este sistema musical.…”