Siendo la actividad lingüística la que, por excelencia, nos diferencia del resto del mundo animal, siendo ésta la actividad más típicamente humana, no es de extrañar que haya sido objeto de estudio e investigación por una buena parte de disciplinas científicas. Lingüística, filosofía del Lenguaje, Antropología Social, Sociolingüística, Psicolingüística (1), amén de la Semántica, filología, Patología del lenguaje, etc., se han ocupado muy directamente de las manifestaciones lingüísticas del individuo. Muy posiblemente no exista otra actividad humana que haya sido objeto de tanta atención, cuidado, explicación y teorización como el lenguaje, y es que, no en vano, la actividad lingüística es la base de la existencia de realidades, mundos y grupos sociales. Es nuestro propósito dar una visión muy somera del trato que ha tenido el lenguaje en la Psicología, de las perspectivas más importantes que lo han abordado, para proponer seguidamente su conceptualización desde una perspectiva esencialmente conductual, o, por mejor decir, socio-comportamental, considerándolo como la conducta social por excelencia y desarrollar, por último, unos criterios para su análisis y estudio desde una perspectiva psicosocial. Las relaciones entre Lingüística y Psicología permanecen prácticamente inéditas hasta 1957. Hasta entonces ambas disciplinas se habían ignorado en el desarrollo de sus respectivas teorías y ni siquiera habían confluido en aquellos campos en que hubiera sido imprescindible ha-Estudios de Psicología ti.° 3-1980 cedo: los relacionados con las manifestaciones lingüísticas. la aparición de «Verbal Behaviour» (Skninner 1957), de «Syntactic Structures» (Chomsky 1957), «Words and Things» (Brown 1958) y, finalmente, de «Aspects of the Theory of Syntax» (Chomslcy 1985), supone, de algún modo, un cambio de orientación, a la vez que de confluencia, en el tratamiento que ambas disciplinas dan al lenguaje. Pese a todo la Lingüística no se ha ocupado excesivamente del lenguaje en lo que éste tiene de expresión simbólica. la Psicología, por su parte, raramente lo ha considerado en su vertiente conductual y cuando lo ha hecho, le ha atribuido un estatus y una categoría dependiente, de segundo rango. El estudio del lenguaje en la Psicología ha derivado, generalmente, en tres grandes vertientes: la conductista, la psicosocial y la psicolingüista. la perspectiva conductista tiene, desde el punto de vista cronológico, tres grandes representantes: Johnson 1944, Sldnner 1957 (2) y Salzinger 1959, 1987. Los fenómenos y manifestaciones de orden lingüístico son consideradas «como una conducta reforzada por mediación de otra persona» (Sldnner 1957, p. 20), como una variable dependiente de una serie de estímulos incondicionados y de unas contingencias de refuerzo. La conducta verbal queda reducida, según esta con