La dinámica actual de las organizaciones ha expuesto la necesidad de requerir profesionales preparados para trabajar en entornos complejos, cooperar multidisciplinariamente, aceptar delegaciones fuera de sus competencias y responsabilidades operativas, además de proyectar estrategias que les permitan alcanzar los objetivos. El objetivo del presente artículo es revisar cómo la administración ha pasado de profundizarse en las tareas, en la organización, en el equipo de trabajo, en el ambiente y en la tecnología, para poner énfasis en la competitividad; de igual manera, ha pasado de enfocarse en las relaciones de trabajo a nivel operativo, en la organización formal e informal, en las funciones y estilos de administración, en los sistemas abiertos y análisis ambiental y tecnológico, para darle paso al aprendizaje organizacional y al capital intelectual; evidenciando la necesidad de seguir desarrollando y gestionando competencias directivas para entornos empresariales complejos y volátiles.