“…Distintos modelos teóricos sobre adicción han señala-do la impulsividad como un marcador de vulnerabilidad de gran relevancia en la explicación de los procesos adictivos, tanto para explicar el inicio como el mantenimiento del consumo de drogas (Adan, 2002, Arce y Santisteban, 2006Cano-Cervantes, Araque-Serrano, y Cándido-Ortiz, 2011;Cortés-Tomás, Giménez-Costa, Motos-Sellés, y Cadaveira-Mahía, 2014;Gullo, Loxton, y Dawe, 2014;Navas, Torres, Cándido, y Perales, 2014;Pattij y De Vries, 2013). El estudio de la impulsividad ha venido marcado por la utilización de al menos dos abordajes relativamente independientes: (i) estudio de la impulsividad cognitiva, a través del uso de pruebas neuropsicológicas y (ii) estudio de la impulsividad como rasgo de personalidad, a través del uso de medidas de autoinforme (Dougherty, Mathias, Marsh-Richard, Nouvion, y Dawes, 2008;Evenden, 1999;Perry y Carroll, 2008). Dentro de este segundo abordaje, existen dos propuestas teóricas fundamentales.…”