Las intervenciones arqueológicas desarrolladas en el yacimiento del Pedrosillo (Casas de Reina, Badajoz) entre los años 2004 y 2010 pusieron de manifiesto la existencia de un complejo militar romano de época republicana, formado por dos recintos campamentales poligonales, además de numerosos recintos circulares y cuadrangulares y defensas complementarias como muros de piedra aislados (tituli). Las evidencias se extendían a lo largo de unas 50 ha, ocupando ambas riberas del arroyo Pedrosillo y las dos laderas que bajan con cierta pendiente hacia el mismo, justo donde se encuentran tanto un manantial como un vado natural. Presentamos en estas líneas los resultados del análisis edilicio y arquitectónico de las estructuras de dicho conjunto. A pesar de sus diferencias en cuanto a dimensiones y planta, las estructuras comparten la misma técnica y sistema edilicio: un doble paramento realizado con bloques de piedra regularizados en sus caras exteriores y un núcleo de piedras de mediano y pequeño tamaño compactado con tierra. Más que ante murallas estamos ante parapetos de 1,30-1,40 m de altura y unos 1,80 m de anchura. Para su construcción se amortizan intencionadamente las ruinas de varias estructuras de época calcolítica.Se presentan asimismo las evidencias materiales tanto numismáticas como de militaria (glandes, pila catapultaria), además de utillaje militar (piquetas de tienda) y objetos de adorno personal (pasador en “T”, amuleto de forma fálica) localizados a través de la prospección con detector de metales. Los hallazgos romano-republicanos se concentran en el interior de los dos campamentos, lo que confirma su identificación como objetos perdidos durante la ocupación romana. Se han localizado incluso varias clavijas in situ que permiten reconstruir la posición y el módulo de las tiendas de campaña.El yacimiento parece constituir un dispositivo táctico para controlar y proteger un vado del arroyo mediante fortines circulares y fortificaciones lineales, por lo que se plantea la hipótesis de que el espacio fue adecuado como un campo de batalla. La documentación arqueológica permite proponer una datación para este conjunto centrada en la segunda mitad del siglo II a. C., tal vez en relación con las Guerras Lusitanas.