“…Las referencias a los estudios sobre los ejemplos constatados, como fundamentación previa para la valoración de lo que se analiza y el aprendizaje de métodos de estudio y conservación (Calvo et al 2015: 2-6, 10-22; Calvo y Rabasa 2016: 70, n. 9), se siguen acrecentando en la historiografía española, a partir de los recopilados por José Antonio Ruiz de la Rosa en las civilizaciones mesopotámica y egipcia desde el tercer milenio a. C., así como en la Antigüedad Clásica, en la arquitectura islámica y en la cristiana de la Edad Media (Ruiz de la Rosa 1987: 65-77, 124-128, 170-173, 224-227, 280-290). Así, al conocimiento de las existentes en catedrales góticas europeas, se han ido uniendo exponentes de la arquitectura española, como los de las catedrales de Sevilla (Pinto y Jiménez 1993, 2016Ruiz de la Rosa y Rodríguez Estévez 2000, Murcia (Calvo et al 2010, 2013b, Santiago de Compostela y Tui, y otros edificios gallegos (Freire 1998;Taín 2003aTaín , 2003bCalvo et al 2013a), El Escorial (López 2008;Chías y Abad 2017), o la Cartuja de Jerez (Pinto y Ruiz de la Rosa 1994) y la Clerecía de Salamanca (Gutiérrez 2017), entre otros muchos, llegando a saltar a la prensa algunos descubrimien-tos motivados por obras de restauración, como el de 2003 en la iglesia del convento de la Concepción Real de la Orden de Calatrava en Madrid 5 , y catalogándose un buen número de las conocidas, datadas entre el siglo XIII y el XVI (Ibáñez 2019).…”