El análisis de la distribución espacial de los abrigos con arte rupestre y su relación con la creación de paisajes sociales por parte de sociedades prehistóricas se ha planteado desde diferentes perspectivas desde los años ochenta del siglo XX. Estas aproximaciones se han centrado en averiguar de qué modo estos conjuntos artísticos ofrecen claves sobre cómo se vertebraron los paisajes. Desde hace dos décadas, estas aproximaciones se han realizado a través de herramientas derivadas de los Sistemas de Información geográfica (SIG), particularmente para analizar y modelizar los patrones de visibilidad. Sin embargo, las diferentes modelizaciones han llevado a resultados, en ocasiones, contradictorios. Como medio para ahondar en estas y otras cuestiones, en este trabajo nos centraremos en el arte rupestre macroesquemático (ARM) a través de diferentes escalas de análisis. La primera analiza, desde un punto de vista iconográfico, los diferentes motivos. La segunda escala presta atención a la distribución espacial de estos motivos, así como su concentración en determinados sitios. Por último, la tercera escala modeliza la percepción visual y sonora a través del empleo de diferentes herramientas SIG. En este punto se realiza una evaluación crítica, tanto de las bases cartográficas como de los procedimientos empleados en la modelización de los paisajes visuales y sonoros. La concatenación de estas unidades de análisis permite aproximarnos a la articulación social del paisaje neolítico a partir de un fenómeno artístico tan concreto y particular como es el ARM.