ResumenEl presente trabajo describe algunas aportaciones de la limnología a la gestión de embalses a partir de la revisión de la bibliografía y de la experiencia de los autores. Después de explicar los principales retos a los que se enfrentan los gestores de embalses, se dan ejemplos de medidas a aplicar, destacando la importancia de tener en cuenta las diferentes escalas de gestión tanto temporales (escala plurianual, anual, diaria) como espaciales (cuenca, tramo fluvial, embalse o cadena de embalses). También se revisan los métodos disponibles para el estudio del estado ecológico de los embalses.
Palabras clave |
InTRODuCCIÓnTradicionalmente, la gestión de los embalses se ha centrado en la satisfacción de los usos consuntivos y no consuntivos, y no se ha prestado la atención necesaria a los procesos que influyen en su estado ecológico y químico y a la influencia sobre la calidad aguas abajo. Si bien los embalses son sistemas creados por el ser humano, para gestionarlos de forma adecuada hay que ir más allá del concepto de un volumen de agua retenido por una presa. Son sistemas naturalizados, colonizados por microorganismos, animales y plantas. Sus aguas están expuestas a procesos físicos, químicos y biológicos que afectan a su calidad y que son muy semejantes a los que ocurren en los lagos naturales, si bien no son exactamente iguales. Es por eso que la limnología, que se puede definir como la parte de la ecología que se ocupa del estudio de las masas de agua continentales, aporta unos conocimientos de gran interés para la gestión de los embalses.