Este artículo intenta mostrar el accionar de los emisarios diplomáticos de la Monarquía Hispánica en el norte de la península itálica, en general, y en Génova, en particular, durante el siglo XVII. En este ámbito, donde confluían los intereses de los Habsburgos y la Monarquía de Francia, aliada al ducado de Saboya, entidades cuya política exterior irradiaban sistemas de soberanía universal y de expansión territorial. El designio de Francisco de Melo, como interlocutor entre el consejo de Estado y los agentes políticos y de crédito de la República de Génova, fue un aspecto fundamental de la composición de una red de información que operó en la ciudad ligur durante la guerra con Saboya entre 1624 y 1625, la conjura de Giulio Cesare Vacchero en 1628 y la elección del dux de 1633. Así la política interna de Génova pasó a ser un tema de relevancia real, en periodos turbulentos en el entramado imperial de la Monarquía Hispánica.