El concepto de muerte asistida comprende una heterogénea variedad de prácticas, cuyo denominador común es garantizar al ciudadano su derecho a participar en las decisiones relacionadas con su propio proceso de muerte, para que sea tan acorde a sus preferencias como sea posible. Se trata de uno de los temas más polémicos y discutidos en las últimas décadas, tanto en el ámbito académico como en la opinión pública. En este artículo se examinan las dos principales justificaciones favorables a su legalización: garantizar la autonomía individual como en los demás ámbitos de la vida y evitar un sufrimiento innecesario al moribundo. Se argumentará que, si bien ambas se encuentran relacionadas y en las dos se anudan la ética del cuidado con la de la autonomía del sujeto, la justificación por la autonomía es más sólida y resiste mejor las objeciones de los contrarios a la legalización de este derecho.
The concept of assisted death includes a heterogeneous variety of practices, whose common denominator is to guarantee citizens their right to participate in decisions related to their own death process, to make it as consistent with their preferences as possible. It’s one of the most controversial and discussed topics in recent decades, both in the academic field and in public opinion. This paper examines the two main justifications for its legalization: to guarantee individual autonomy as in other areas of life, and to avoid unnecessary suffering to the dying. It will be argued that, although both are related and both tie the ethics of care with the autonomy of the subject, the justification for autonomy is stronger and resists better the objections of those opposed to the legalization of this right.