Explorar y debatir múltiples perspectivas sobre los acontecimientos del pasado es una orientación curricular tan aceptada entre los investigadores, como poco frecuente en nuestras aulas de historia. Como en entregas anteriores de esta serie de artículos, se analiza aquí esta orientación curricular a la luz de las investigaciones y experiencias publicadas, tratando de esclarecer en qué consiste, sus claves, sus prácticas más habituales y por qué resulta valiosa para los estudiantes. La multiperspectividad está en la misma esencia de la historia como disciplina. Se opone a la memoria, caracterizada por relatos cerrados que imponen una única versión del pasado. En esta tensión entre disciplina y memoria, la práctica de la enseñanza de la historia ha apostado habitualmente por la segunda. Pero aprender a analizar, valorar y debatir las distintas versiones del mundo del pasado (y del presente) tiene mucho más valor curricular. Multiperspetividad no sólo significa comprender la verdadera naturaleza polémica, abierta y crítica de la historia, sino que es la misma base de la ciudadanía democrática.