“…En los diferentes tratamientos se realizaron aplicaciones del cebo tóxico al 8° y 30° día; al término de la semana 8, en el tratamiento 1, 2 y 3 el cebo tóxico provocó una reducción de la infestación de E. lignosellus de 3,4%, 2,4% y 3,9% respectivamente y en el tratamiento 4, el cual es el testigo, se evidencia un promedio de infestación de E. lignosellus de 1,72%. Sin embargo, este efecto del cebo tóxico no fue estadísticamente significativo (p=0.69) en el presente trabajo de investigación, a pesar que el malathion, es un insecticida que actúa por ingestión, inhalación y contacto, sobre el sistema nervioso del insecto plaga, causando la inhibición de la acetilcolinesterasa, suspendiendo la transmisión de los impulsos nerviosos, provocando la paralización de los insectos dañados, producido por la inanición y posterior muerte de ellos (Figura 2) (Barros et al, 2005;Berlatto et al, 2020;Chirinos et al, 2020;Espinoza et al, 2017;Ferreira & Barrigossi, 2003;Giordani et al, 2020). En las trampas de alimentación de acuerdo con las evaluaciones que se realizó, se reportó una mayor captura de adultos de E. lignosellus en el tratamiento 1, en la semana 2 y en los tratamientos 2, 3 y 4, en la semana 3, con una captura de 9,56; 8,69; 9,31 y 8,29 adultos/trampa respectivamente.…”