Este trabajo se inscribe en el proyecto de investigación «Aplicación de nuevas técnicas y analíticas en el estudio del patrimonio arqueológico de Sagunto y la provincia de Castellón relacionado con la ocupación prerromana y romana como instrumento de gestión científica y turística» (UJI-A2020-01. Pla de Promoció de la Investigació a la Universitat Jaume I 2020), cuyo objetivo es conocer el cambio cultural producido en la población ibera edetana localizada al norte de la ciudad de Sagunto como consecuencia de la conquista romana. Durante este periodo se fue consolidando un modelo de dominio territorial romano, coincidiendo con la reconstrucción de la ciudad de Saguntum, que tras la finalización de la Segunda Guerra Púnica pasó de ser una ciudad aliada de Roma a ser una ciudad federada. Sin embargo, a pesar de que la presencia romana en esta región es bastante desconocida entre los siglos ii y i a. C., es bastante probable que Torre d’Onda formara parte de su área de influencia desde los primeros tiempos de conquista. La cerámica registrada en el yacimiento es un testimonio clave para reconstruir el final de esta etapa, cuya interpretación histórica ha estado condicionada por la escasez de información por parte de las fuentes escritas durante el siglo i a. C. y la falta de datos arqueológicos concretos sobre las guerras sertorianas, que hacían creer que las comunidades locales apenas se habían visto afectadas por este conflicto. Para alcanzar este conocimiento hemos considerado necesario estudiar, a través de los vestigios cerámicos que presentamos en este trabajo, algunas de las actuaciones que llevó a cabo Roma en estas tierras. De las excavaciones de Torre d’Onda procede un conjunto de vasos ibéricos pintados –algunos de ellos muy interesantes dentro del repertorio vascular ibérico–, cerámicas a mano y de cocina ibéricas, ánforas ibéricas, cerámica campaniense A, B y calena tardía, cerámica de cocina itálica, ánforas itálicas procedentes de la costa tirrénica y adriática, junto con otras de origen peninsular y cerámica gris bruñida que, debido a la propia naturaleza de los objetos analizados, a pesar de no contar con una estratigrafía publicada particularmente definitoria o esclarecedora, permiten afinar fechas con una precisión decenal y secuenciar el cambio histórico más importante de este yacimiento costero durante el primer tercio del siglo i a. C., entre el 90-70 a. C., ligado probablemente al desarrollo del episodio sertoriano.