“…Se ha identificado el apoyo social con la capacidad mediadora del impacto negativo que ésta genera tanto en el bienestar femenino, como de sus hijas(os) y en la elaboración de estrategias vitales femeninas libres de violencia de género (Gomes, Diniz, Reis y Erdmann, 2015; Guruge, Thomson, George y Chaze, 2015; Souto, Guruge, Merighi, Jesus, Egit y Knowles, 2016). Otra serie de estudios han documentado que las mujeres que experimentan violencia por sus parejas con determinadas condiciones sociales -como pertenecer a la comunidad afrodescendiente, tener rentas bajas o residir en localidades periféricas-no siempre perciben apoyo, lo perciben como insuficiente, o que el acceso al mismo se ve limitado, cuando ellas se encuentran en una situación de aislamiento impuesta por el agresor o bien cuando la familia -una de las principales fuentes de apoyo social femenino, no lo provee y, en cambio, las culpabiliza o responsabiliza por esta violencia (Netto, Moura, Araujo, Souz y Silva, 2017;Carneiro, Gomes, Campos, Silva, Cunha y Costa, 2019).…”