Este artículo recoge la eclosión del debate sobre las tasas turísticas en España y Europa, con especial énfasis en Sevilla para su aplicación. La fiscalidad propia sobre el turismo es más amplia de lo que aparenta, y se correlaciona con un afán recaudatorio en lugares de mayor colmatación turística, con problemas de impacto ambiental por sobredosis de oferta, y en general, para mejorar la caja de marketing. Desde luego, el instrumento fiscal más uti-lizado es la tasa hotelera de pernoctación. Sin embargo, en los últimos años se ha derivado la visión finalista de la tasa turística hacia derroteros paradójicamente no propiamente turís¬ticos. Más bien se pretende con la recaudación de esta tasa a turistas resolver el agotamiento de la vía pública, intervenciones en el paisaje urbano para optimizar el destino o el propio de los residentes, que sufren el impacto turístico. Se trata el debate abierto y aún sin cristalizar en Sevilla. El ayuntamiento ha iniciado la propuesta sobre la tasa, y la Comunidad Autónoma que es la competente, lo ha rechazado. En el discurrir de los hechos se observa que son los hoteleros los máximos oponentes a la tasa, en un contexto que no debe olvidarse de máxima difusión de apartamentos turísticos alegales e ilegales. Se analiza la posición de distintos actores, así como los datos 2008-2015 y los logros y retos a partir de 2016: sin discusión, el año histórico del turismo en Sevilla.