“…"Consiste en cuestionar sistemáticamente las premisas sobre las que se apoya nuestro tejido de creencias, muchas veces implícitas y difíciles de reconocer, evitar los sesgos emocionales y cognitivos, analizar la validez de la información obtenida y de los razonamientos empleados, y contrastarlos en lo posible con la prueba empírica. "(Altschuler, 2017, p. 26).El uso de la publicidad en el aula para fomentar el PC está justificado por varios motivos: es uno de los fenómenos característicos de nuestro tiempo y es uno de los elementos que sirve para moldear la opinión de los ciudadanos y para crear hábitos de comportamiento(Campanario, Moya y Otero, 2001); constituye, sin duda, uno de los contextos sociales de interés para el alumnado (Blanco, España y Rodríguez, 2012) y de gran influencia en la vida de los adolescentes; en el ámbito específico de la alimentación, la influencia de la publicidad en la vida de los adolescentes está bastante estudiada sociológicamente(Girón, Blanco y Lupión, 2015) y supone uno de los canales por los que, de forma más o menos implícita, llega la ciencia a los ciudadanos(Blanco, 2004). Por todo esto, se ha planteado la necesidad de su tratamiento educativo(Arconada, 2006) y su utilización en la enseñanza de las ciencias(Pro y Rodríguez, 2010).En la enseñanza de las ciencias, la publicidad ha sido un recurso recurrente con diversas finalidades: para analizar las concepciones de los alumnos(Jiménez-Liso, de Manuel, González y Salinas, 2000); como estrategia para fomentar el PC analizando un anuncio…”