“…Suele aparecer en adolescentes, pero gran parte de ellas puede tener menstruaciones normales (5), por lo que en la mayoría de los casos hay un retraso en el diagnóstico y tratamiento (6); sin embargo, aunque la mayoría de síntomas son inespecíficos, este síndrome se relaciona con dolor pélvico, que se inicia característicamente luego de la menarquia y es secundario a hematocolpos (7), dismenorrea recurrente e intensa, masa abdominal palpable asociada a hematocolpos o hematometra; de manera excepcional, se relaciona con infertilidad, fiebre o retención urinaria aguda (8). Además, es realmente difícil llegar a un diagnóstico preciso, ya que usualmente las pacientes ante la dismenorrea y el dolor abdominal suelen consumir analgésicosantinflamatorios y anticonceptivos orales, lo cual reduce aún más las posibilidades diagnósticas (9).…”