La hemorragia posparto puede ser una afección potencialmente mortal. Se han descrito técnicas exitosas que utilizan suturas de compresión uterina para controlar la hemorragia postparto, en algunos casos utilizando una combinación de técnicas. Los procedimientos para reducir la pérdida sanguínea varían desde masaje uterino, tratamiento médico, taponamiento uterino e histerectomía. La sutura compresiva uterina, o técnica de B-Lynch, se ha propuesto para controlar la hemorragia posparto en aquellos casos de atonía uterina, preservando la fertilidad. Aunque el reporte de complicaciones de este procedimiento es escaso, se ha descrito la aparición de necrosis, piometra, rotura uterina y, más recientemente, invasión exagerada y anormal de la placenta (acretismo placentario) en el embarazo subsiguiente. En necesario informar a las pacientes sobre las complicaciones potenciales del procedimiento y la necesidad de seguimiento postoperatorio para confirmar la ausencia de complicaciones. Se presenta un caso de rotura uterina en el segundo trimestre por acretismo placentario en gestante con sutura compresiva uterina previa.