“…Este fenómeno es empleado, a diferentes escalas, como herramienta de desarrollo local (Hallmann y Breuer, 2010). Sin embargo, de manera inevitable, la celebración de estos eventos provoca una serie de impactos asociados de diversa índole en los municipios que los albergan, tanto positivos como negativos, como pueden ser: económicos -creación de empleo, incremento de precios, etc.-, turísticos-comerciales -mejora de la imagen de la localidad de acogida, instalaciones inadecuadas etc.-, físicos-medioambientales -preservación del patrimonio, daño ecológico, etc.-, sociales-culturales-deportivos -orgullo cívico, potenciación de las tradiciones, promoción deportiva, aglomeraciones, etc.-, psicológicos -clima festivo, choque cultural, etc.-y políticos-administrativos -reconocimiento de otras localidades o naciones, corrupción, etc.- (Añó et al, 2014;Chen, 2011;Cheng & Jarvis, 2010;Kim et al, 2015;Lin & Lu, 2016;Llopis & Gil, 2011;Ma & Rotherham, 2016;Zhou, 2010;Zimbalist, 2010).…”