Las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba fueron las más grandes luego del triunfo de la Revolución. Las redes sociales jugaron un papel clave como vía para extender la convocatoria, documentar los sucesos y como medio de información ante la deficiente cobertura de los medios tradicionales. El contexto favoreció la proliferación de fake news, que se situaron en el centro de las disputas sobre la legitimidad del estallido. Este artículo tiene por objetivo general explicar los usos políticos de las fake news durante las protestas. Se analiza tanto el empleo del concepto en el discurso político del Gobierno cubano sobre las protestas como las fake news con contenido político difundidas en Facebook. La aplicación del método de análisis del discurso político, con enfoque cualitativo, permite identificar cinco usos políticos del concepto por parte del Gobierno y siete en las noticias falsas con contenido político. Se concluye que el concepto de fake news fue usado por el Gobierno como recurso retórico estratégico para 1) fortalecer una posición discursiva de defensa del “nosotros” frente al “ellos”, y 2) anular la disputa política colectiva por la idea de “verdad” a partir de una lectura y apropiación intencionados de hechos noticiosos, de lo cual resultaron prácticas como el corte de los servicios de internet y el acceso a medios digitales desde la isla, así como el desconocimiento del estallido en las agendas mediáticas oficialistas. A la par, las noticias falsas con contenido político involucraron procesos de significación que exacerbaron la polarización.