“…El resultado de una respuesta prolongada a los estresores interpersonales crónicos en el trabajo y tiende a ser bastante estable con el tiempo (…) no es una dificultad de las personas, sino resultado del ambiente social en el cual trabajan y que es la estructura y el funcionamiento del lugar de trabajo el que delimita la forma en la cual las personas interactúan y realizan sus trabajos. (p.115) Esta investigación, en perspectiva psicosocial, prefiere hablar de desgaste emocional para evitar el paso por la categoría diagnóstica que implica centrarse en síntomas, evolución y tratamiento, enfatizando en el individuo como unidad de análisis y en los procesos terapéuticos para la recuperación, lo cual no se niega en este texto; sino que amplía la mirada y la comprensión de estas afectaciones negativas en las emociones de los profesionales, en relación con una vinculación precaria y prolongada, desde una visión más sistémica (Polo, Santiago, Navarro & Alí, 2016;Cerquera, Pabón, Granados & Galvis, 2016), con obligaciones laborales, mandatos institucionales y una enorme cantidad de tareas, que no posibilitan un cumplimiento pleno de la misión y objeto del programa; trayendo desgaste físico y emocional, sin mayores posibilidades de transformar estas condiciones (Villa Gómez, Arroyave Pizarro, Montoya, Betancur & Muñoz, 2017). Así, se puede centrar la mirada del análisis en las condiciones sociales, económicas y políticas que dan pie a este tipo de desgaste y malestar.…”