“…De esta manera, diferentes estudios (Barragán, 2010;Boira, Carbajosa y Marcuello, 2013;Orrego y Ariza, 2013;De la Peña, 2015;Tapia, 2015;Ruiz y Ayala-Carillo, 2016;Zamudio, Andrade, Arana y Alvarado, 2017;Martínez, 2019), refieren que en las instituciones de educación superior se presentan variadas relaciones de género asimétricas entre hombres y mujeres en el marco de un orden político patriarcal, establecidas entre pares y con sus superiores jerárquicos, lo cual propicia tipos de violencia física, psicológica, sexual y algunas conductas que no se reconocen como violencia de género, que afectan tanto a estudiantes como a docentes y personal administrativo. Frente a ello surge la necesidad de prevenir e intervenir los diferentes tipos de violencias psicológicas, físicas y sexuales que se ejercen en las universidades, al comprender que este es un problema estructural que se debe a la falta de denuncia y sanción de los hechos de VBG.…”