“…En la tabla 1, se observa que de 45 artículos seleccionados, solo 32 arrojaron resultados acerca de los factores individuales asociados a la agresora en la violencia contra el hombre en mayor porcentaje son el consumo de sustancias y alcohol (31.3%), los celos (25%) y las conductas agresivas (15.6%), factores que de igual manera fueron encontrados en otros estudios (Ferreira et al, 2017, Rojas et al, 2019Perryman & Appleton, 2016), conllevando a que el entorno se vuelva agresivo y desfavorable para la pareja (Deshpande, 2019;Alegría & Rodríguez, 2017). De igual manera, la desconfianza en la pareja conlleva a la mujer a que constantemente esté en estado de alerta, vigilando a las personas con las que socializa el varón y restringiendo el contacto, considerando esto como una falta de respeto a la relación y representan un riesgo para las relaciones extramatrimoniales, por ello, emplea la violencia como medio para defenderse (Floyd et al, 2016). Asimismo, se hallaron factores con menor repercusión: el control hacia su pareja (6.3%), victimización (6.3%); otros como la ansiedad, estrés y trastornos de personalidad (15.6%), de la misma forma se encontraron en otras investigaciones (Perryman & Appleton, 2016;Ferreira et al, 2017, Rubio et al, 2017 reflejando que la dama que infringe violencia se va a caracterizar por querer mantener el mando en la relación, debido a la inseguridad que posee de sí misma y la influencia de patrones repetitivos como la desconfianza, van a ser determinantes que continúe el ciclo de violencia, además, la personalidad con rasgos violentos e indicios de algún problema mental va a influir que la agresión se siga perpetuando y aumente con frecuencia (Entilli & Cipolleta, 2016;Lamine et al, 2019).…”