“…En la infección humana, las larvas salen de los huevos en el estómago y el intestino delgado, invaden la circulación portal y linfática y se desplazan a cualquier órgano. Los lugares más afectados son el hígado, el tejido subcutáneo, el ojo, los pulmones, el cerebro y el corazón (78)(79)(80). La migración larvaria no culmina su ciclo en el humano y, si es de magnitud suficiente, origina síntomas generales, un síndrome visceral, otro ocular y uno cutáneo.…”