“…De esta forma el voluntariado entre las mujeres se orienta hacia actividades tradicionalmente vinculadas con el rol femenino (como por ejemplo el cuidado de las personas), y menos hacia otras actividades de índole de mayor visibilidad pública o de carácter político. Desde esta orientación resulta menos probable que las mujeres ocupen posiciones de liderazgo en este ámbito (Menchik y Weisbrod, 1987;Perkins, 1990;Cnaan y Goldberg-Glen, 1991;Cable, 1992;Schlozman y otros, 1994;Thompson, 1993Thompson, , 1995. Este patrón no varía ni por razones geográficas (Gaskin y Smith, 1997), ni étnicas (Woodard, 1987), ni por grupos de edad (Fischer y otros, 1991;Sundeen y Raskoff, 1994;Wuthnow, 1995).…”