“…Sin embargo, el presente trabajo aporta datos de PA e IMC de una población sana, seguida desde el nacimiento hasta la edad de 28 años, por lo que pueden servir de referencia tanto a población pediátrica como adulta de cómo es el comportamiento de estos dos parámetros en estos años de la vida. Se conoce que el IMC es un parámetro sencillo de calcular en cualquier consulta, pero que realmente solo nos informa de la relación existente entre el peso y la talla de un individuo, sin tener en cuenta cómo se distribuyen los distintos compartimentos del cuerpo; por ello, la asociación con el PA es considerada como uno de los mejores índices antropométricos de riesgo cardiovascular y de desarrollo de diabetes (14,(22)(23)(24), ya que, de una forma sencilla, es posible estimar la grasa corporal total y sobre todo la , se adoptó la valoración de los parámetros de composición corporal como medida adicional en la predicción del riesgo cardiometabólico en el ámbito escolar (25). Aunque en la edad adulta están muy establecidos los valores de IMC para el diagnóstico de sobrepeso y obesidad y se utilizan valores absolutos, en población pediátrica, debido a los cambios de composición corporal que se desarrollan, es necesario el uso de valores percentilados para poder dar definiciones, ya que si nos fijamos en los datos obtenidos en este estudio, el valor del p90 varía en varones desde 14,2 hasta 28,2 o en las mujeres entre 14 y hasta 29,7, por lo que establecer definiciones en función de valores absolutos no tiene mucho sentido.…”