En Ecuador y Perú, se incrementan los contactos entre los grupos indígenas aislados y la gente de afuera. Cuando menos en el pasado reciente, estos contactos ocurrieron principalmente a raíz de la exploración petrolera que se llevaba a cabo en varias zonas de la región amazónica. Sin embargo, es un error considerar a las empresas como principales protagonistas de los problemas surgidos en muchas zonas de la cuenca amazónica. Al contrario, aquí se examina el tema del contacto desde la perspectiva de la “maldición de los recursos,” es decir, como consecuencia de un sistema elaborado por las elites nacionales para apropiarse de la riqueza petrolera “sin el consentimiento de los ciudadanos”. En este sistema, las empresas petroleras – sean privadas o públicas – funcionan principalmente como agentes o como cómplices, pero raramente como protagonistas de las políticas extractivas. También se documenta el reducido papel actual de la industria petrolera en los territorios de pueblos aislados, sobre todo en Perú, donde estos pueblos ahora enfrentan algunos peligros más graves como el negocio criminal de la madera, la coca y el oro.